12 enero, 2017
¡Una limosnita por el amor de dios!
¿Me da pa un taco?
¡Ayuden a este pobre…..!
¡Pido para no robarles!
Éstas y muchas otras frases escuchamos diariamente en esta gran urbe.
¿Estamos conscientes de que la lástima es un gran negocio?
En este grupo de personas al que ahora pertenezco, la gente con discapacidad, es muy común que la gente se mueva por medio de la lástima y la caridad; prefieren recibir unas monedas o un mendrugo de pan a buscar desarrollarse.
¿Será posible que una persona, con tal de no trabajar, prefiera dejar su dignidad de lado y se ponga a pedir limosna?
No estoy diciendo que pedir limosna sea un pecado, habrá personas que por ignorancia, falta de oportunidades, esclavitud, etc, Su única salida sea pedir, pero la gente que lo hace por comodidad, lucra en base a denigrarse a ellos mismos poniéndose sus peores andrajos, su peor cara y se paran con la mano extendida.
Desde que quedé ciego he dicho que la mayor ayuda que puede recibir un discapacitado visual (desconozco los demás casos) es no ayudarle demás. Me he hecho la promesa de jamás terminar pidiendo dinero en los cruceros o tocando un acordeón en Morelos….
Pero no solo a nivel personal se lucra con la lástima, sucede también a nivel institucional. Veamos el caso de la asociación que cada diciembre hace una colecta al número de cuenta 9999. En todas las apariciones de las personas con necesidad manejan el concepto de “tenle lástima “para que la gente done. Entiéndase que no estoy diciendo que lo que hace esta fundación y otras sea mal intencionado; lo que quiero decir es por qué no resaltar en sus historias las fortalezas de la persona, logros, aspiraciones… y no solo pedir por medio de la lástima.
Desconozco hasta hoy cómo se mueven las demás asociaciones para solicitar fondos a sus patrocinadores; pero lo que sí sé, es que no me gustaría que utilizaran mi imagen para que me tuviesen lástima, aunque sí tenga finta de pordiosero.
Preferiría que dijeran que he intentado una infinidad de veces y no lo he logrado a que digan “pobrecito, es un fracasado “. Yo prefiero ser visto con respeto y admiración, que digan, “no le ha ido tan mal al ciego”, “le ha echado muchas ganas” a que me vean con lástima.
Más que lástima, lo que necesitamos es igualdad y oportunidades ; así como los movimientos de igualdad en aspectos de preferencia sexual que han logrado ser reconocidos ante instituciones gubernamentales, así deberíamos de hacer una marcha por los derechos de los discapacitados, sería bastante singular, pero tal vez ayudaría a lograr ser incluidos en una sociedad tan excluyente que piensa que discapacitado es sinónimo de gente que se conforma con cualquier trabajito y por ende, por cualquier sueldito inclusive por debajo del sueldo de un obrero.
Gracias a conceptos como Diálogo en la Oscuridad algunos discapacitados tenemos la oportunidad de demostrarle al resto de la gente que aunque la discapacidad nos afecta físicamente, los límites para desarrollarnos o llevar a cabo casi cualquier tarea , están dentro de uno mismo. Estoy casi seguro que habrá algunas tareas que los discapacitados podemos hacer y hasta con mejores resultados que alguien que no tiene discapacidad.
Lo que nos hace mucha falta es proyección, pero por nuestros logros, no por el factor lástima. Prefiero recibir una compensación por un servicio que estar a la espera del buen corazón y la caridad de las personas.
No quito el dedo del renglón y reitero que la lástima es un gran negocio. Hace muchos años, cuando era estudiante de preparatoria, en el año 1987, en un período vacacional, me puse de acuerdo con otro compañero de la rondalla y casi durante una semana o un poco más nos fuimos a cantar a los camiones. El resultado fue sorprendente; sacamos en promedio 4 veces el salario mínimo de un día laboral en solo 3 horas para cada quien. Sé de organizaciones que reclutan mujeres y hasta les rentan los niños si no traen el de ellas mismas para que pidan dinero en los cruceros; las utilidades, a base de la explotación de la ignorancia, son bastante onerosas, equiparables (para los organizadores claro) a sueldos de altas gerencias en corporativos de renombre. También hay gente, con todas sus capacidades bien e inclusive con cualidades sorprendentes, que prefieren vestirse de payasitos y hacer trucos en los cruceros y ganar dinero.
Desgraciadamente la situación del país, el nivel educativo, y mil otros factores, hacen que sea más atractivo pertenecer a la informalidad que esforzarse por tener un empleo. Qué mejor trabajo que pedir limosna, no tienes que ir limpio a trabajar, de hecho es una falta hacerlo. Vas en promedio 3 horas. La mayoría de las veces no faltará quien te lleve de comer, si llueve no trabajas, si hay demasiado sol tampoco. ¿Será acaso una opción? Dadas las circunstancias del país sé que es difícil que no haya gente que se sirva de la lástima para sobrevivir, pero por favor, tente algo de autoestima y busca crecer y no conformarte con la caridad. Y a las personas que gustan de donar dinero a todas las personas que de alguna manera piden, sería bueno inculcarles que vale más darles una oportunidad de desarrollo que un peso. Sin embargo, mientras exista gente de buen corazón que les dé dinero, habrá gente que pida, no sabiendo que los que dan dinero, algunas veces, son los causantes de ese fenómeno social que es la limosna; mejor donen su dinero a instituciones formales que sabemos que harán algo productivo con el dinero y a las cuales se les puede pedir cuentas, que darle un peso a alguien en un crucero que no sabemos si ese dinero servirá para comprar drogas.
Necesitamos unir esfuerzos para manejar nuestras fortalezas, para poder difundir las capacidades de nosotros los discapacitados
Gabriel Rodríguez Razón
Gabriel@dialogoenlaoscuridad.com.mx
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