Un viaje resiliente III: Ficción o realidad

21 diciembre, 2016

Hace algunos años salió en el cine una película, no recuerdo EL TÍTULO; es una comedia romántica. Habla sobre un chavo que era bastante quisquilloso para con las mujeres, a todas  les encontraba algún defecto. El caso , para no hacer la historia tan larga, es que lo hechizan y él solo ve a las personas según su alma, es decir, ve su belleza interior y termina enamorado de la hija de su jefe, a la cual ve como una súper modelo, y en realidad es una chava bastante gorda pero cuya belleza interior es mucha. Una película, un caso de ficción, pensaría.

Qué ironía,  a mí me pasa lo mismo desde que estoy ciego; estoy aprendiendo a “ver” a las personas, pero la apreciación que tengo de ellas es por su forma de ser y no por su físico, del cual no me puedo PERCATAR.

Les comento en mi oficina, a modo de juego, que entre mis compañeras de trabajo no se digan Gorda, chaparra, prieta, etc. Les digo que por favor no me tumben de mi nube.  Como no sé cómo son, para  mí todas son LA MUJER PERFECTA (rubias de ojos azules, 90-60-90) y de acuerdo a su trato,  van perdiendo o reafirmando sus atributos.

Ya en serio,  estoy aprendiendo a ver a las personas de acuerdo a su personalidad y, una de las ventajas de esta condición, es que ME QUITO ese prejuicio de “como te VEO te TRATO”, PUES EN MUCHAS OCASIONES DE acuerdo al físico es como tratamos a la gente.

Dentro de las cosas “malas” que pienso como ciego que me ocurren por mi condición, el lado bueno es que mi percepción de muchas cosas es bastante diferente a la percepción de los demás. Al menos en mi caso  EL trato cuenta mucho, los cambios de tono de voz, de hecho aprendo a identificar cuando una persona está sonriente. Otra ventaja es que no veo si me hacen caras, si me hacen alguna seña o si hubiera alguna reacción como incomodidad en su postura  que una persona que ve interpretaría como que algo sucede que a la otra persona no le agrada. Por mi inexperiencia en esta situación de ceguera, mi imaginación aún se rehúsa a quedarse de lado y, a veces llega a jugarme bromas sobre el cómo serán las personas.

Hay que ver, literalmente, el lado agradable de las cosas o situaciones, ser o quedarse ciego no es lo peor que le puede suceder a alguien, soy un convencido de que, no importa la situación, debemos buscarle lo bueno a las cosas, ponernos a trabajar y dejar de renegar por lo sucedido.

Aprendamos a ver a las personas de acuerdo a su forma de ser y no por su físico y aseguro que nos llevaremos muy gratas sorpresas. En mi caso el argumento de la comedia romántica que mencioné, dejó de ser ficción para volverse realidad.

Gabriel Rodríguez Razón

gabriel@dialogoenlaoscuridad.com.mx