Un viaje resiliente IX: APRENDIZAJE

22 febrero, 2017

Gabriel viaje8

 

En algunos días se cumplirá el primer aniversario del día de la llamada que me ayudó a detener mi proceso para llegar al suicidio, acontecimiento que conté en la primera entrada de este viaje resiliente. Es el momento de hacer un pequeño alto y  reflexionar qué he aprendido de esta nueva situación.

Hace casi dos años, fecha de mi fallida operación en mayo del 2015, Yo era otro; mi forma de pensar y mis prioridades estaban acomodadas de una forma radicalmente distinta a como están hoy en día.

Mi prioridad era conseguir dinero, y para decirlo de una forma elegante: el fin justificaba los medios, es decir, conseguir dinero a costa de lo que fuera. Después de mi operación y ante mi negación de aceptar mi nueva situación de ceguera, cometí errores que me costaron mi negocio y sí, toqué fondo y me vi en la penosa necesidad de solicitar apoyo económico ya que no había ni para comer en casa.

Fueron momentos difíciles y momentos en que las pérdidas fueron dolorosas; sin embargo, cuando acepté mi discapacidad y conseguí ayuda, entré a otro mundo y me di cuenta de que las personas con discapacidad valemos lo mismo o más  que cualquier persona que no tiene una discapacidad. Tuve que tocar fondo para comenzar a comprender mi proceso y darme cuenta de la equivocación de mis prioridades: el dinero no lo es todo cuando solo se busca el dinero. Hoy en día sé que si tienes un plan de vida, el dinero y lo demás vendrá por añadidura en base a tu esfuerzo.

También entré en un proceso en el cual me tuve que   perdonar a mí mismo por todo lo sucedido y comenzar a rehacer mi vida; aprendí el valor de la paciencia, el perdón y la humildad.

Ahora compadezco a la gente que vive con rencores tontos y que por lo mismo no puede ver ni a su propia familia, no me refiero a Hermanos o primos sino a padres e hijos y su descendencia.

Hoy voy resolviendo mis problemas uno a uno y si acaso no tengo la solución  en mano para algún problema simplemente lo descarto y lo saco de los problemas que tengo; ahora busco la importancia de mis acciones e intento tomar decisiones que no me dejarán consecuencias desagradables en un futuro.

También he aprendido que si voy a ayudar a alguien, no lo hago esperando algo a cambio ni pensando en que la gente me lo tiene que agradecer; si me nace lo hago y se acabó.

Me es bastante agradable saber que el haber dedicado tiempo a mi estudio me está dando la capacidad de reinventarme y poder cambiar mi área de trabajo a la actual y que gracias a ese estudio hoy tengo de nuevo oportunidades que sin el estudio nunca hubiera tenido en  puerta como lo tengo ahora.

¿Perdedor? Sí, algunos me pueden considerar como un perdedor pero la mayoría de la gente que me rodea no lo ve así y más que perdedor me han externado que soy un luchador. Yo mismo no me siento fracasado  y por el  contrario no pienso en el fracaso y esta situación la estoy aprovechando para sembrar en los míos lecciones de vida con valor moral. “Si los perros ladran es porque vamos avanzando”.

Creo que mi vida   dio un giro excepcional y me está llevando por un camino que hoy en día me hace sentir bien y que me ha traído grandes satisfacciones. Doy gracias por esta serie de acontecimientos que me han servido para reencontrarme a mí  mismo y espero que mi legado trascienda y deje lecciones a otras personas.

 

No busco con esto decir que soy mejor o peor que nadie, simplemente es el sentir que tengo después de estar analizando lo sucedido en este tiempo. Aún me falta mucho y la perfección solo Dios la logra, los demás aspiraremos a llevar una vida congruente pero con un paso firme y con una meta definida.

Gracias a todos los que me rodean, a los que están a mi favor y a los que están en mi contra ya que gracias a ellos es que mi esfuerzo se potencializa y me ayuda a lograr mis objetivos. Gracias a la vida que me está dando una segunda oportunidad y más le doy las gracias a que me dieron la capacidad de comprenderla y reiniciar de nuevo.

Gabriel Rodríguez

gabriel@dialogoenlaoscuridad.com.mx

 

Te invito a leer mis columnas anteriores:

 

Aferrado

 

Condicionado

 

El factor lástima

 

Sueños 

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