9 mayo, 2024
Parálisis de inclusión
Participé de un evento sobre discapacidad e inclusión en las instalaciones de una multinacional en Europa.
Entre las sesiones que tuvimos, conversamos directamente sobre la inclusión laboral de las personas con discapacidad con algunas personas de esta empresa. Fue muy interesante escuchar sus perspectivas.
Una de las personas de la empresa lo dijo con claridad: el objetivo es tener personas con discapacidad trabajando en este headquarter.
Yo lancé la pregunta: ¿y cuál es el obstáculo?
Su respuesta fue clara y compleja a la vez: empezar.
Yo compartí con ella un caso cercano de una persona con discapacidad visual que fue empleada por una multinacional en México.
La estrategia fue simple y también compleja: solo lo hicieron.
Alguien en el grupo redondeo mi idea: primero compras el “problema” y después lo vas resolviendo.
En el caso que le describí a esta persona, había muchas cosas que en la empresa no estaban listas: no había tiras táctiles ni señalética en braille, los sistemas y archivos de la empresa no estaban probados en su accesibilidad con lectores de pantalla, de hecho la empresa nunca había comprado un lector de pantalla, el perfil de puesto tampoco estaba pensado para un empleado con discapacidad visual… y la lista podría seguir. Pero vuelvo al punto: lo hicieron y ya.
Durante la sesión, entre las palabras de los representantes de la eempresa que nos recibió, saltaban con frecuencia laspalabras “capacitación” y “concientización”.
Reflexioné: capacitarse y concientizarse en el tema de la inclusión de la discapacidad, cuando hoy tu obstáculo es empezar, es como entrenar, leer y enterarte sobre cómo es correr un maratón pero nunca atreverse a correrlo.
Hay una parálisis de inclusión hacia la discapacidad en muchas empresas.
YO concluía la sesión diciendo: la inclusión ni es perfecta ni lo será nunca, pero tiene que estar presente.
Las empresas han entrenado a sus empleados para planear, calcular, tener el mejor performance posible, minimizar riesgos, preparar los procesos, etc.
Y si bien no niego que esto le puede ayudar a la inclusión laboral de la discapacidad, también sé que si esperamos a que una empresa esté lista, a muchos de nosotros la inclusión nos llegará cuando estemos bajo tierra.
Ya lo he dicho antes y lo sostengo: la discapacidad y el mundo empresarial que nos valora por lo que producimos son agua y aceite. Pero claro que podemos mezclarnos. La clave es hacerlo, solo hacerlo y resolver sobre la marcha.
¿Es algo fácil para las empresas? Para nada. NO está en su ADN.
¿Quieren hacerlo? Solo ellos tienen la respuesta.