¿la inclusión acepta pequeños pasos?

17 mayo, 2024

 

¿La inclusión  acepta pequeños pasos?

La situación fue la siguiente.

Durante una intervención de inclusión laboral para personas con discapacidad que hicimos en una multinacional, se abordó un pequeño ejemplo.

Uno de nuestros facilitadores con discapacidad visual, quien estuvo en dicha intervención por una semana en la empresa, tenía problemas para servirse un café cada mañana, pues la cafetera tenía pantalla táctil.

Una de las empleadas tuvo una idea. Le pidió a su esposo que imprimiera signos táctiles en la impresora 3D, los cuales después pegaron en la cafetera.

El resultado fue que el facilitador pudo servirse su café de forma autónoma.

¿Es esto inclusión?

Supe que una de las consultoras presentes y que también vive con discapacidad visual, mencionó: “¡Maravilloso! Ahora ya podemos servirnos café solos.”

Era sarcasmo puro, desde luego.

Desconozco si lo comentó internamente o si TAMBIÉN lo HIZO FRENTE AL cliente.

Analicemos un poco.

Si el objetivo de LA intervención es que la empresa contrate personas con discapacidad, estoy seguro de que volver una cafetera accesible abona muy poco, pues al fin y al cabo a nadie nos contratan para tomar café.

Para medir EL OBJETIVO tendríamos que ver aspectos como revisar que los perfiles de puesto sean compatibles con la discapacidad, revisar que la persona pueda hacer su trabajo con los recursos que le proporciona la empresa y que dichos recursos sean accesibles, evaluar que el entorno social en la empresa le sea favorable, que no enfrente  un tipo de discriminación que le afecte en su trabajo y evaluar el tipo de liderazgo bajo el cual  está.

Por lo tanto, una cafetera accesible quizá solo nos ayude a  mantener despierto a nuestro potencial empleado con discapacidad para que haga su trabajo.

Pero subrayo dos cosas más.

Existe una urgencia de inclusión entre muchas personas que pertenecemos a grupos marginalizados. Nos encantaría que las cosas cambiaran de la noche a la mañana y desdeñamos los pequeños avances o esos avances que muchas organizaciones usan solo  como marketing pero que no tienen un efecto real.

Entiendo la urgencia de nuestra consultora,pues yo también la siento.

Pero seamos realistas: el ser humano es una criatura que cambia lentamente, sobre todo cuando su vida no está bajo amenaza. Y desde luego que la vida de las empresas no está amenazada si no contratan gente con discapacidad.

Segundo punto. Espero que este sarcasmo no se haya dicho frente al cliente, ya que su efecto es descalificador, y lo único que crea es una sensación de insuficiencia o para ponerlo en el idioma de las empresas, un pobre performance de inclusión.

El resultado de este comentario sarcástico en muchas ocasiones sería un alejamiento. SI mi rentabilidad como empresa no está amenazada por la falta de inclusión de personas con discapacidad, pero me he comprometido en un esfuerzo, y al dar un pequeño paso tú me descalificas… con la mano en la cintura regreso a mis actividades rentables y te dejo de lado.

La inclusión requiere de construir un espacio seguro donde la gente que quiere aprender se sienta protegida.

Esto no quiere decir que se alientan los errores o las prácticas no efectivas. Esto quiere decir que tenemos que reencuadrar de la forma más constructiva posible.

Una cafetera con etiquetas táctiles no le dará empleo a ninguna persona con discapacidad. Pero lo que creo es que ya se operó un pequeño cambio en el cerebro de las personas que tuvieron esta idea y la ejecutaron. Ya se creó una sinapsis incluyente. Y quién sabe, quizá continúe desarrollándose.

En este punto cito a uno de mis maestros de coaching: “pequeños pasos hacen grandes resultados.”

Y entonces, ¿se aceptan los pequeños pasos en la inclusión?

¿la inclusión acepta pequeños pasos?