Habla para apreciar

4 octubre, 2023

 

Habla para apreciar

Piensa en esta pregunta: ¿qué palabras usas (verbal y mentalmente) para referirte al tema discapacidad?

 

Los seres humanos le hemos dado forma a nuestra realidad a través de nuestro lenguaje. Las palabras no salen solo por nuestra boca o por nuestras manos, son nuestros pensamientos hechos sonido. Algún día la persona que vio volar un ave pensó en poder volar también. Luego dibujó humanos volando. Luego lo puso en palabras y luego esas palabras se hicieron realidad. Lo que hablamos se materializa en el mundo.

 

Muchas de las palabras que usamos para hablar de discapacidad están asociadas con carencia, falta, enfermedad, déficit, etc. P. EJ inválido, discapacitado, retrasado mental, mocho. Así nos enseñaron y así lo absorbimos de la cultura, y nunca lo cuestionamos.

 

¿Cuál es el efecto al usar este tipo de palabras? Tú mismo, aunque no vivas con discapacidad, sabes lo que ocurre cuando las palabras que se usan para referirse a ti están cargadas de etiquetas de insuficiencia. Exacto, nos creemos la historia. El problema radica en que la sociedad y su sistema está perfectamente preparado y diseñado para que las personas con discapacidad vivamos esta historia de limitación, déficit y carencia.

 

Nuestro guion es claro, y el escenario está puesto.

 

También sucede el caso contrario. Existe una tendencia de usar palabras asociadas a un positivismo y una exageración notables. Por ejemplo, personas con capacidades diferentes, personas con determinación, personas especiales o seres admirables. ¿Cuál es el efecto? EL mismo: nos creemos la historia. El detalle está en que esa realidad no existe, la sociedad y su sistema no están para nada diseñados para asimilarnos como seres con capacidades extraordinarias, y qué bueno, porque no lo somos. Nos mienten las personas que usan estas palabras.

 

¿Qué realidad hemos creado para la gente con discapacidad a través del lenguaje que usamos?

 

La realidad de la marginalización.

 

No obstante, en muchos ámbitos de la sociedad están sucediendo conversaciones que buscan replantear las palabras que usamos para dirigirnos a ciertos grupos de personas. Y lo celebramos. Se habla del lenguaje incluyente para remediar aquel lenguaje que por mucho tiempo ha sido discriminativo.

 

En lo personal, prefiero distinguir entre el lenguaje que aprecia y el lenguaje que deprecia.

 

Dice el profesor de psicología positiva en Harvard, Tall Ben Shahar, “lo que aprecias, aprecia.” A lo que le adjudicas valor, crece su valor. Es una simple ley de valor percibido.

 

Piensa en lo que sucede, por ejemplo, con los tenis de una determinada marca de prestigio. Con mucha probabilidad su costo de producción sea el mismo, o muy parecido al costo de producción de otras marcas de menor prestigio. ¿Cuánto estás dispuesto a pagar por esos tenis que te encantan de tu marca favorita? ¿Estarías dispuesto a pagar lo mismo por una marca de menor prestigio?

 

Esto es el valor percibido.

 

Históricamente el valor percibido de la discapacidad ha sido negativo.

 

Las palabras que estigmatizan a la discapacidad están en nuestro lenguaje colectivo. Dichas palabras se han enfocado en la desvalorización de la condición de discapacidad.

 

Te comparto tres casos reales aunque sutiles, para explorar el lenguaje depreciativo.

 

Primer Caso. Conocí al director de talento humano de una importante empresa transnacional antes de impartir una conferencia. Hablamos brevemente sobre lo que hacemos en Diálogo en la Oscuridad. Su conclusión fue: “¡Qué bonita labor!”

 

Segundo caso. Recibí una llamada. Un cliente me refirió a uno de sus bróker para que tramitara mi pago a través de ellos. La mujer al teléfono me preguntó qué evento había vendido, y le comenté brevemente sobre los talleres de Diálogo en la Oscuridad: “¡No puedo creer que a pesar de sus problemas trabajen para empresas!”

 

Tercer caso, tomado de una colega también con discapacidad visual. Al entrevistarse con la directora de un jardín de niños donde pretendía inscribir a su hija, esta le preguntó: “¿y su hija es normal o es como usted?”

 

 

Hay distintas formas de depreciar:

 

 

Estos son solo algunos ejemplos, pero hay muchas otras formas de depreciar a una persona con discapacidad.

 

¿Qué hacer?

 

Hoy en día no hay pretextos, en internet hay miles de guías sobre lenguaje incluyente.

Pero para mí la raíz está en hacernos la pregunta: ¿con estas palabras que yo uso, estoy apreciando o depreciando a la persona?

 

 

 

 

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