DIGNIDAD

17 marzo, 2023

Dignidad

Contexto para ti que lees este texto. Andreas Heinecke, fundador de Diálogo en la Oscuridad, se retira. Muchos de sus amigos y colaboradores le escribimos cartas y memorias sobre su carrera de 35 años haciendo Diálogo en la Oscuridad. Este fue mi primer trabajo, y sigue siendo mi principal fuente profesional hasta hoy.

Querido Andreas  :

Puedo resumir 16 años de conocerte con una palabra: dignidad.

Cuando tenía 9 años, después de mi leucemia, mis padres tuvieron esa breve pero poderosa conversación conmigo: «No somos para siempre, vamos a morir; y a ti, por ser ciego, se te cerrarán automáticamente las puertas. Tienes que ser igual o mejor que alguien que ve. Tienes que esforzarte mucho».

A partir de ese momento, el único ideal de mi vida fue tener las mismas oportunidades que alguien que sí ve. Se podía salir adelante en la vida; lo había visto con mis padres, que de vivir en una zona rural minera asolada por la pobreza, se habían trasladado a la gran ciudad y habían conseguido formar una familia de clase media.

Las cosas parecían ir bien; asistía a las escuelas regulares, Pero pasar por el bachillerato fue socialmente excluyente y fue aún peor en la universidad. Creo que era una cuestión de prejuicios. Mi contacto social con los demás era cada vez más difícil. Hasta el punto de que me sentí tremendamente solo durante la universidad.

En el 2006, cuando estaba a punto de graduarme como traductor, mi esperanza laboral era permanecer escondido detrás de una pantalla de computadora, sin reunirme con mis clientes, interactuando solo digitalmente para que no supieran de mi discapacidad y no me discriminaran.

Y de repente te conocí, Andreas, en aquella entrevista laboral en aquel hotel frente al Parque Fundidora de Monterrey. Fui seleccionado para trabajar en algo que ni siquiera lograba entender al cien por ciento: Diálogo en la Oscuridad. Y en la total oscuridad y frente a los visitantes llenos de curiosidad, tuve que enfrentarme a mis monstruos interiores. Durante esos diálogos en la cafetería oscura, paradójicamente vi mis defectos y mis errores, mis miedos, mis inseguridades, mis prejuicios y esa falsa compasión y todas esas excusas que no me permitían avanzar.

El Diálogo con personas sin discapacidad fue literalmente sanador. La oscuridad paradójicamente me ayudó a expulsar mi oscuridad.

Y desde el 2008 y hasta hoy conoces bastante bien la historia: dignidad. He viajado por el mundo como una persona que ve, tengo una casa y una familia y, sobre todo, soy capaz de cuidar de ellos económica y emocionalmente. Me he desarrollado profesionalmente como coach gracias a los talleres en la oscuridad. He profundizado en otras disciplinas. Y lo que menos pretendo hoy es permanecer oculto tras una pantalla. Todo esto gracias a haberte encontrado en mi vida.

Lo único que te puedo desear, es que la vida te devuelva y multiplique todo lo positivo que me has dado a mí y a muchas otras personas.

Gracias infinitas.

Pepe Macías

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