¿Con qué se come la resiliencia?

3 noviembre, 2015

Hace unos 4 años estaba yo sentado en un salón de la facultad de psicología de la UANL. La clase de maestría estaba cerca de terminar; era de noche y yo ya estaba más pallá que pacá, perdido en mis pensamientos. Y de repente escuché mi nombre en la voz del maestro: “Pepe”. Y pensé: un regaño, cabeceé, ronqué…

“Pepe es un ejemplo de resiliencia, para qué les explico más.” Dijo el profesor.

Fue la primera vez que escuché la dichosa palabrita. Luego el maestro explicó el término con las definiciones que seguramente usted ya ha leído: la capacidad que tenemos los seres humanos para afrontar y superar adversidades, y además, salir bien librados, aún mejor parados después de transitar tales crisis.

Claro, se refería a mí como una persona resiliente por mi capacidad para enfrentar mi ceguera, superarla y salir bien parado de esta discapacidad.

Me ha costado, aún me cuesta, asumirme como un modelo de resiliencia, o de tenacidad, o de cualquiera de esas virtudes humanas. La gente me ha expresado su admiración por el hecho de que soy ciego y terminé una Maestría, porque salgo solo a la calle, porque uso la computadora y el celular, porque trabajo en línea, porque viajo a otros países por motivos de trabajo, porque me voy a la estanzuela a treparme a las veredas, etc, etc. Mi punto de vista es uno muy práctico: no tengo otro remedio, pues cada vez que me duermo y despierto mi discapacidad sigue conmigo, y si quiero vivir una buena vida no tengo opción, tengo que abrazar la discapacidad, y por ello no hay mucho de extraordinario para mí en eso.

Y aún sostengo mi perspectiva práctica del tema, sin embargo creo que la virtud está en algo que mencioné, querer vivir una buena vida, y eso es algo que muchos seres humanos, con y sin discapacidad tenemos o podemos tener en común.

Pero hoy no puedo hacerme loco, también entiendo que hay algunos como yo a los que nos toca vivir diferente a usted que me lee, y esos creo yo, tenemos la responsabilidad de compartir la receta del buen vivir que hemos logrado con todo y una discapacidad.

Y eso es lo que haremos en nuestro taller de resiliencia el próximo 21 de Noviembre. Si bien abordaremos la resiliencia desde el campo académico, le mostraremos modelos y le daremos claves para desarrollarla, también incluiremos el valor agregado: cómo nosotros, gente ciega, nos hemos reinventado, hemos superado la adversidad y hemos logrado alcanzar un gran nivel de vida, con el objetivo más sincero de que usted se lleve algunas técnicas de vida aplicables en toda circunstancia.

Lo esperamos por ahí para vivir una gran experiencia en la oscuridad, y para desarrollar lo mejor que tiene el ser humano: la capacidad para reinventarnos.

No se le olvide que los talleres son cupo limitado, adquiera sus entradas aquí y no nos deje esperándolo hasta el último minuto por favor.

Coach Pepe Macías