3 máximas sobre la inclusión

4 octubre, 2023

 

3 máximas sobre la inclusión

 

Siempre me pasa lo mismo; Aunque suelo diseñar talleres y escribir artículos para reflexionar, no hay nada que desencadene más mis ideas que reunirme con otras personas en talleres o cursos.

 

Hace un par de días dirigí una sesión de Dialogue Online for inclusion junto con un gran equipo internacional de facilitadores que viven con discapacidad.

 

Los participantes se encontraban en Yemen; y les estoy muy agradecido, pues sé que la inclusión requiere espacio mental, y cuando vives en un país como Yemen y muchos otros que están inmersos en situaciones terribles, no es fácil hacer espacio mental para otros y especialmente para otros que vivimos con discapacidad.

 

A raíz de mi encuentro con nuestros magníficos participantes yemeníes, me vinieron a la cabeza tres ideas sobre la inclusión.

 

  1. La inclusión sólo existe en la presencia del otro

 

La inclusión es un tecnicismo; es la etiqueta que le pusimos a un comportamiento humano universal. Tenemos que olvidarnos de los tecnicismos y volver a conectar con el sentimiento de inclusión.

 

Una forma de inspirarnos para realizar comportamientos inclusivos es recordar cómo otros nos han hecho sentir incluidos. ¿Qué dijeron? ¿Qué hicieron?

 

La inclusión es simple; hay pequeños actos que nos hacen sentir incluidos: que nos pidan nuestra opinión, que nos escuchen cuando necesitamos hablar, que nos vean cuando necesitamos reconocimiento, que nos den un vaso de agua en un día caluroso, que nos ofrezcan una silla después de un largo día de pie…

 

No intentes crear la inclusión tú solo, no existe. No es fácil pensar en comportamientos inclusivos por nosotros mismos. Solo funciona cuando pensamos en nosotros mismos en compañía de otros, pues sin el otro, no hay nadie a quién incluir.

 

Y esto me lleva a mi segunda idea.

 

  1. La inclusión sólo existe en la acción

 

En el campo de la inclusión de la discapacidad, tengo la sensación de que nos hemos pasado siglos debatiendo sobre conceptos. Ya sea en un congreso, en un taller o en cualquier otro evento, tengo la sensación de que nos encanta pasar mucho tiempo discutiendo sobre cuál es el mejor término para hablar de las personas con discapacidad, redactando indicadores de inclusión y políticas de inclusión o discapacidad…

 

Es honorable. Sé que los documentos, las leyes y las políticas llevan su tiempo.

 

¿Pero qué hay detrás de tantas discusiones y disertaciones?

 

Tengo la sensación de que no estamos seguros de cómo proceder con la inclusión de la discapacidad.

 

Hablando con colegas, alguien mencionó lo siguiente: «cuando hicimos este ejercicio de preguntar a colegas con discapacidad cómo imaginan un futuro inclusivo, sólo llegaron unas pocas respuestas concretas».

 

Así que aventuro mi hipótesis: ni las personas que viven sin discapacidad ni las que vivimos con discapacidad tenemos una imagen clara de cómo sería una sociedad inclusiva en la que todo el mundo tuviera cabida.

 

Y como no estamos seguros de cómo sería ese futuro inclusivo, preferimos quedarnos en el debate y en el plano teórico.

 

Al fin y al cabo, ¿quién toma el riesgo de iniciar un viaje sin destino claro?

 

Pero como persona que vive con una discapacidad visual te digo: la inclusión sólo existe en la acción.

 

Mi propósito como persona ciega siempre fue poder tomar las mismas oportunidades que puede tomar la gente que me rodea. Nada de pensar en la inclusión, mi única meta siempre fue formar parte de la vida, mojarme en ella, empaparme de vida y tomar lo que más pueda de ella.

 

Y aquí vamos a la última parte.

 

  1. La inclusión sólo existe cuando no hablamos de ella

 

¿Dónde existe la inclusión? ¿Quién es realmente inclusivo con nosotros? ¿Cómo se ve la inclusión en el día a día?

 

El momento en que todos tenemos que dar un paso adelante y actuar la inclusión es el momento de la incertidumbre. Pocas personas son capaces de describir con precisión qué es una relación inclusiva.

 

Te sorprenderá saber quiénes son los verdaderos maestros de la inclusión.

 

Un participante con discapacidad lo mencionó en el taller y estoy de acuerdo porque a mí me pasa lo mismo: “mis situaciones más inclusivas ocurren cuando estoy con personas con las que nunca he hablado de inclusión y discapacidad, con mis amigos generalmente”.

 

La inclusión genuina ocurre en compañía de personas que no tienen ni idea de estos tecnicismos ni de esta gerga.

 

La inclusión genuina ocurre cuando se produce la magia de ver al otro como un ser humano más.

 

Pepe Macías