7 sugerencias para Apropiarme de mi Inclusión Laboral

13 julio, 2023

 

 

7 sugerencias para Apropiarme de mi Inclusión Laboral

 

Cuando Movimiento Congruencia me invitó a dar una charla en su feria de empleo Conecta 2023, me lo pensé mucho, porque la inclusión laboral de las personas con discapacidad es un tema que me toca de cerca. Mi deseo era transmitir algo realmente útil.

 

MI conferencia llamada «apropiarme de mi inclusión laboral» es una propuesta descarnada, a corto plazo, práctica pero a la vez reflexiva. MI objetivo es sacudir y despertar a las personas que viven con discapacidad, para que entiendan que el mundo es como es, y que no será como deseamos que sea, por lo que si anhelamos un empleo, hay cosas que podemos empezar a hacer nosotros mismos para acercarnos a ese objetivo.

 

Todo se resume en la frase de Victor Frankl: «Cuando ya no podemos cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiarnos a nosotros mismos.»

 

Partamos de mi hipótesis

 

Las personas con discapacidad hemos dejado históricamente la responsabilidad de nuestra inclusión laboral en manos de todos menos de nosotros mismos. Hemos dejado esa tarea en manos de reclutadores, directores de empresas, agencias de inclusión laboral, etc.

 

Nuestras posiciones son dos: la de víctima -yo soy el débil de esta historia, mi vida es injusta y no debería estar viviendo esto- y la del demandante -alguien tiene que compensarme, en este caso, las empresas, como yo soy la víctima, tienen que contratarme-.

 

En este artículo propongo una posición a contracorriente.

 

Mi postura es que nosotros somos los principales expertos en discapacidad; por lo tanto, no podemos dejar en manos de otros la responsabilidad de nuestra inclusión. Si dejamos de ser víctimas, seremos protagonistas que resuelven y proponen. Si pasamos de exigir a ofrecer, entramos en un proceso de co-creación.

 

Dos áreas para considerar

 

 

Las 7 sugerencias que presento en este artículo surgen desde dos áreas: mi identidad como persona con discapacidad y mi entendimiento de las empresas como ecosistema lucrativo.

 

Primer área: mi identidad como persona con discapacidad

 

La ICF (Clasificación Internacional del Funcionamiento) perteneciente a la OMS, define la discapacidad a través de tres aspectos:

 

  1. EL cuerpo y la mente: es decir, la situación de salud, esa disfunción que presenta mi cuerpo o mi mente y que se cataloga como discapacidad. En mi caso, un derrame de sangre en mis retinas que las dañó permanentemente y hace que mis ojos no funcionen.
  2. Barreras externas: significa que mi discapacidad no es limitante per se, sino que en combinación con una barrera externa no me permite participar en la sociedad. En mi caso, si la comunicación interna de mi empresa es a través de formatos inaccesibles para los lectores de pantalla que uso para manejar mi computadora, esto no me permitiría incluirme en el mercado laboral.
  3. Mis antecedentes e identidad: pero no sólo mi situación de salud y mis barreras configuran mi discapacidad, sino que hay muchos otros ingredientes que me configuran como persona con discapacidad. Por ejemplo, mi nivel educativo, el apoyo o no que he recibido de mi familia, mi género, el autoconcepto que tengo de mí mismo, mi nivel socioeconómico, mi vida social, etc. NO es lo mismo ser un hombre blanco, sueco, de familia acomodada que pierde la vista, que ser una mujer que nace con una discapacidad en una familia de bajos recursos en Paraguay.

 

De las 7 sugerencias que enumeraré al final de mi artículo, 3 se derivan de lo que constituye mi identidad como persona con discapacidad.

 

El primer aspecto, el de la disfunción de la salud, es una cuestión médica. El tema de las barreras, por supuesto, nos concierne, aunque es un nicho que les encanta a los activistas.

 

Pero el tercer aspecto, el de mi identidad, por pesado que parezca, es uno en el que todos podemos influir y mejorar.

 

Segunda área: Las empresas y la inclusión como estrategia de negocio

 

Entremos en la segunda área: las empresas, objetivo de los interesados en la inclusión laboral.

 

Conviene recordar qué es una empresa: son personas interactuando con ánimo de lucro. Es decir, personas que pasan tiempo juntas para ganar dinero.

 

Para ello, una empresa detecta un valor subjetivo en alguien -por ejemplo, identifica que alguien puede ser un buen supervisor- y luego instrumentaliza a esa persona: convierte sus características en dinero para la empresa y una parte de ese dinero se entrega al trabajador.

 

En este contexto, la inclusión y la diversidad aparecen como una estrategia más para que las empresas sigan siendo rentables.

 

Que quede claro, las empresas no son ni hermanitas de la caridad ni organizaciones de bienestar social, ni sustituyen al Estado en tareas como garantizar el bienestar de los ciudadanos con discapacidad.

 

Para decirlo simple y crudamente: las empresas no contratan víctimas. Una empresa no me contratará por humanidad. Una empresa me contratará si ve en mí un valor subjetivo y si puede convertirlo en dinero.

 

La inclusión y la diversidad son una estrategia más para aumentar la rentabilidad de una empresa. Para ello, la empresa instrumentalizará las características diversas de un empleado en herramientas concretas que le permitan generar más rentabilidad.

 

Se ha demostrado que la inclusión aumenta el compromiso y la retención de los empleados, puede estimular la innovación y permite que las personas se atrevan a compartir lo que tienen.

 

Alguien puede preguntarse, ¿no es eso utilitarismo? Sí, las empresas nos utilizan.

 

¿Estás proponiendo que las personas con discapacidad nos convirtamos en productos utilizables para las empresas? Pues sí. Basta de idealismo; tenemos que trabajar hoy. Me encantaría que una empresa me valorara por lo que soy y no por lo que genero. Pero recordemos que una empresa son personas juntas ganando dinero. El día que eso cambie, abordaremos otras propuestas.

 

7 propuestas para apropiarme de mi inclusión laboral

 

Ahora que hemos aclarado de dónde vienen mis sugerencias, procedamos.

 

Sugerencias para apropiarme de mi inclusión desde mi identidad como persona con discapacidad:

 

  1. Pasa de víctima a protagonista: esto implica ponerte a trabajar duro en tu autoconcepto y en cómo te percibes en esta película que es tu vida. Las víctimas se quejan y ponen excusas, pero las quejas y las excusas sólo nos perpetúan donde estamos. Asume tu responsabilidad. Cuéntate la historia de que tú eres el protagonista. ¿Qué hago? Acude a terapia psicológica, estudia, aprende metodologías de crecimiento, lee libros de calidad, practica el análisis crítico, exígele a tus neuronas y, por supuesto, rodéate de personas que te exijan y no que te mimen.
  2. No exijas, ofrece: lo conseguirás si incrementas tus fortalezas. He sido testigo de personas con discapacidad que exigen ser contratadas sin dar nada a cambio; parece que su papel de víctimas en la vida les legitima para que alguien les compense por su sufrimiento, y para ello buscan empresas que lo hagan. Eso NO va a ocurrir. En lugar de eso, pule tus talentos, prepárate, fórmate. Haz pruebas de fortalezas, pide feedback a personas capaces y sobresalientes, busca mentores, estudia y fórmate. Practica y no dejes de practicar aquello en lo que eres excelente.
  3. Haz que hablar contigo sea una experiencia agradable: recuerda que las personas sin discapacidad no conocen la discapacidad y normalmente, cuando hablan con nosotros, se sienten inseguros, incluso temerosos. Tú eres el experto; sé paciente, comprende las emociones de la otra persona, relájala, muestra empatía, sé amable.

 

Sugerencias para asumir mi inclusión desde el entendimiento de la empresa:

  1. Ser una solución: la discapacidad es una condición que no encaja de forma natural en la empresa. Las personas de la empresa siempre verán lo que tú no puedes hacer. Anticípate y presenta soluciones a lo que otros ven como problemas.
  2. Sé un valor: investiga los valores, la misión y la visión de la empresa, y define cómo puedes contribuir a ello.
  3. Instrumentaliza tu historia: las empresas quieren convertirlo todo en herramientas de rentabilidad. Examina tu historia de discapacidad, define qué herramientas has aprendido de tu propio caso y cómo esas herramientas se convierten en formas para mejorar el rendimiento.
  4. Conviértete en dinero: define cómo su presencia en la empresa contribuye a lograr los indicadores de inclusión en la empresa – más compromiso, más innovación, retención, etc. Define y ejecuta acciones concretas para alcanzar esos indicadores.

 

Me parece oportuno terminar con algunas observaciones:

 

Estas 7 sugerencias no garantizan en absoluto la inclusión. Su objetivo es proporcionar a las personas con discapacidad una breve guía de acciones a realizar para impulsar o facilitar su inclusión en el lugar de trabajo.

 

Asimismo, estas sugerencias necesitan mucho más detalle. Sería necesario ampliar cada una de ellas, proporcionar más ejemplos y que cada persona con discapacidad analizara las acciones que más le conviene llevar a cabo. También creo necesario, sobre todo en el caso de las cuatro últimas acciones, la orientación de un mentor profesional, preferiblemente una persona relacionada con el mundo empresarial.

 

Con estas sugerencias no apoyo ni el utilitarismo ni el capacitismo, ni defiendo la idea de que para ser incluidas, las personas con discapacidad tengan que actuar exactamente igual que un empleado sin discapacidad, aunque precisamente aquí es donde encajan mis sugerencias.

 

Con estas sugerencias, estoy abogando por acciones a corto plazo que están en nuestras manos para una inclusión temprana en el lugar de trabajo.

 

Mi esperanza sería que tanto las personas con discapacidad como los empresarios construyeran sistemas de trabajo más justos, con las personas en el centro y no el dinero. Pero mientras tanto, quiero generar puestos de trabajo inmediatos para las personas con discapacidad y hackear el sistema desde dentro.

 

Pepe Macías

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