Hay de todo en la viña de los discapacitados

18 enero, 2020

 

69113114-4137-4E5C-8835-A7D6B811C030
Las últimas semanas he tenido largas y buenas conversaciones con un amigo ciego. Ambos compartimos, además de la ceguera, los hechos de que tenemos treintaimuchos  años, ambos estamos casados y ambos tenemos hijos pequeños. LO cual desemboca en que anhelamos alguna estabilidad económica, estabilidad laboral, y si no es mucho pedir, prosperidad financiera.

Ambos reflexionamos en lo frágiles que son nuestras situaciones laborales. Y ambos reflexionábamos que, de perderla, sería muy complicado encontrar otros trabajos donde ganemos el mismo salario, o incluso complicado encontrar un trabajo pues, uno, somos ciegos y la discriminación laboral por discapacidad es un hecho, y dos, casi somos cuarentones, y la discriminación laboral por edad es otro hecho.

Hemos explorado y fantaseado con diversas respuestas a la situación de cómo hacer más dinero y cómo hacer un trabajo que nos guste. Incluso pasamos por la idea de explorar las plataformas digitales como oportunidades laborales para la gente ciega donde consideramos que podría haber menos discriminación, pues al reducirse la interacción directa y solo enfocarse en el resultado, se reducen los prejuicios y la discriminación.

Hoy estoy en Londres y tuve una conversación muy interesante. Platiqué con una chica ciega de Corea del Sur. Ella emigró a Londres y hoy trabaja como guía en Diálogo en la Oscuridad.

“En Seúl yo era maestra auxiliar. NO fue totalmente mi decisión estudiar ni ejercer esa profesión, fueron más bien mis padres los que me empujaron. En Corea y en Japón una de las profesiones por excelencia para algunas personas ciegas es ser maestro auxiliar. La verdad mi sueldo era bueno, tenía prestaciones y una jubilación garantizada y mi trabajo de por vida, pues son puestos de gobierno con los que ellos te apoyan. Tenía estabilidad.”

Puta madre. ¿Y para qué te viniste a Londres? Habría ciegos que darían sus ojos, bueno, sus ojos no, pero quizá sí una mano, por tener estabilidad laboral y un futuro financiero claro.

“Me aburre la rutina. En el sistema escolar surcoreano no puedes salirte del guion ni puedes ser creativo, Hay muchas reglas y normas. Hacía lo mismo todos los días. Además siempre iba a ser auxiliar, y para hacer algo nuevo necesitas la aprobación del titular y de muchas personas más. Básicamente tienes que conformarte y seguir lo que se te dicta. Mis papás no querían que me viniera a Inglaterra, ellos querían estabilidad para mí. Pero agarré mis ahorros y me vine a estudiar a Londres y aquí quiero quedarme a vivir.”

¿Y qué quieres hacer en Londres además de trabajar en Diálogo en la Oscuridad?

“Me gusta mucho conocer gente y viajar. EN Corea, trabajando como maestra, solo podía viajar en las vacaciones de verano. Aún no sé bien qué voy a hacer. Necesito reinventarme, pues estudié algo que no quería, sino algo a lo que me forzaron. Creo que me gustaría hacer algo en el campo de la cultura, promover u organizar eventos culturales; aquí en Londres hay muchos museos y galerías y a mí me gusta ir. Quisiera una actividad donde pudiera viajar mucho.”

¿Cómo le haces para viajar?

“El otro día nos fuimos 3 amigos ciegos a Bélgica. No tengo una estrategia clara. Pero el primer paso es salirte, ya cuando estás en la calle con tu bastón, puedes apoyarte con una app de GPS, y además, cuando la gente te ve con tu bastón, puedes confiar en que siempre alguien te va a ayudar. La verdad la pasamos muy bien en Bruselas, e incluso visitamos un par de pueblos más.”

En noviembre pasado yo visité tu rancho, y la verdad me quedé con muchas ganas de pasarme a visitar Japón, ya que andaba por esos lares. La verdad no supe cómo organizar mi viaje solo y sin ver. Desconfié del inglés de los japoneses, y desconfié de mis habilidades para organizarme un viaje sin compañía de unos ojitos.

“A mí me gustaría crear algo para que la gente ciega podamos viajar de forma independiente. Está bien viajar con gente que ve, pero como cualquier otra persona, a veces queremos viajar solos. EN Inglaterra hay una página que se llama “TravelEyes”.”

La he visto. Te consiguen un compañero de viaje con ojos funcionales. Creo que la idea está padre si tienes la habilidad suficiente para romper el hielo rápido y viajar con un extraño.

“La idea no está mal, pero la ejecutan mal. Imagínate que el viaje te cuesta 100 libras por persona. Pues el asunto es que la persona ciega tiene que pagar 130 libras y la persona que ve paga 70 libras. Como persona ciega terminas pagando más por ser ciego y por necesitar ayuda. Además siento que al pagar parte del viaje de la persona, esta se puede sentir más obligada a apoyarte o incluso a servirte, y como que no me late ese tipo de relación.”

Madres. Como decía mi amiga Daniela Dimitrova, para ser ciego tendrías que nacer rico. Mira, como ahorita estoy de buenas porque ya me voy al depa a tomarme una cerveza sensacional, te voy a dar una idea que alguna vez tuve para mí, pero cada vez soy más viejo, más miedoso y además ahora tengo un hijo, y tú, siendo soltera y aventurera quizá la quieras hacer. Búscate una revista donde te paguen por viajar y escribir artículos o reportajes, así como lo hacen algunos, pero tú desde la perspectiva de la ceguera. Creo que con una narrativa contundente puedes ofrecerle algo chido a los lectores, algo muy único.

“Voy a pensarlo. Me gusta la idea. Aunque no sé si me animaría a ir a África o al Oriente Medio”.

Interesante, ¿no cree? La mayoría de los ciegos salivando por alcanzar la estabilidad financiera, y esta mujer renuncia a dicha estabilidad para satisfacer lo que le dictan sus soberbios  y orientales ovarios y se avienta al mundo a cumplir sus deseos. ¡Salud por ella!

Pepe Macías

pepe@dialogoenlaoscuridad.com.mx

 

Hay de todo en la viña de los discapacitados