No a la diversidad sin inclusión

15 abril, 2021

 

“La diversidad es que te inviten a la fiesta. La inclusión es que te inviten a bailar”. – Verna Myers.

 

La diversidad aplicada a la fuerza puede convertirse en un medio que provoque la división social y la discriminación; tendría el potencial para propagar la desigualdad que dice combatir.

 

Hoy en día cada vez más y más colectivos que históricamente han estado en una posición de desventaja están alzando sus voces: mujeres, personas negras, personas con preferencias sexuales o géneros variados, etc.

 

El dolor que no ha encontrado alivio y el hartazgo ante una situación de exclusión que no parece  mejorar han sido los combustibles que incendiaron movimientos de protesta o movimientos que quieren romper un sistema prevalente. La ira y la sensación de injusticia han sido tan potentes que una de las consecuencias paradójicas es el refugiarse en el grupo de iguales, percibiendo como antagónicos a aquellos que no pertenezcan a dicho grupo o incluso a aquellos que no estén del todo de acuerdo con los valores del grupo.

 

Existen movimientos en pro de cierta causa, que dicen luchar por igualdad de derechos, pero si te atreves a cuestionarlos, o a argumentar algo de lo que defienden, de inmediato eres condenado y etiquetado como el peor detractor de su grupo.

 

La diversidad por la diversidad ha asesinado el diálogo y el entendimiento. La diversidad que algunos grupos promueven a la fuerza es una diversidad sin inclusión y que deriva en la cultura de la cancelación.

 

Hay una metáfora que dice que la diversidad es un motor y la inclusión su combustible, es decir, que el motor sin combustible sirve de poco. Yo así lo creo. Movimientos radicales en pro de la diversidad que condenan a aquellos que no están de acuerdo con el cien por ciento de sus posturas se están convirtiendo en lo que dicen combatir: en grupos cerrados, intolerantes y que solo buscan tener la razón.

 

La diversidad por la fuerza pronto se convierte en otro coto de poder excluyente. Ejemplos hay miles, es la tendencia humana. Hace unos cien años el área de Arabia Saudita era un desierto de tribus nómadas. Una de las familias, los Saud, recibieron el poder del Reyno unido y pasaron de ser una familia más a ser una monarquía tiránica.

 

La inclusión es el componente humano de compasión que nos permite considerar los intereses de todos los que nos rodean, y no solo los propios. La inclusión permite que la diversidad florezca y se convierta en una cancha un poco más pareja para todos, donde más y más voces se escuchen, se tomen en cuenta y se respeten.

 

Profundizando en la frase de Myers: no necesitamos más fiestas, necesitamos una pista más grande donde cada vez más gente podamos bailar.

 

Pepe Macías

pepe@dialogoenlaoscuridad.com.mx

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