¿El paraíso es incluyente y accesible?

18 enero, 2020

Frase chistosa para redes sociales con foto de mano y mar azul

 

Todo depende de lo que usted entienda por paraíso. Unas vacaciones, en mi entender, tendrían que al menos asemejarse a una situación paradisiaca. Investiguemos pues un pequeño paraíso, perdido en la selva, que parece que no es tan accesible.

Estoy planeando unas vacaciones con mi esposa. Soy el tipo de persona que suele hacerse la vida más complicada de lo necesario, y siendo ciego no me gustan los destinos turísticos convencionales, ni los hoteles tradicionales, y me cagan los hoteles todo incluido.

Encontré un destino en la Sierra Madre Occidental, cerca de San Sebastián del oeste donde vacacionaremos dos días. La visita promete mucho: comercio local, cerveza y alcohol artesanal, comida local, servicio personalizado, estancia aislados en la sierra y sin otros huéspedes a los que tengamos que esquivar…

Conversé con la encargada de relaciones públicas y al mencionarle que éramos ciegos, acogió la idea con gusto. Me permití bromear con ella, pues me comentó que la hacienda no permite la entrada de niños, ya que hay decoración con arte mexicano por toda la casa, arte que supongo es muy costoso, y pues los niños representan una amenaza para las piezas. Por lo que me aventuré a decirle: “¿a ver qué pasa con las piezas cuando anden dos ciegos bastoneando por la hacienda?” Ella se rio. Supongo que se le fue la sangre a los tobillos, pero aún así no se echó para atrás. Prometo solemnemente caminar con cuidado o en su defecto, desfalcarme para pagar cualquier destrozo que yo o mi esposa hagamos.

Queremos complementar el viaje con otro destino por un par de días más, y pensamos en playa, ya que estamos cerca de la costa; por lo que vimos varias opciones. La respuesta de una de nuestras opciones de destino me causó alguna comezón. No voy a quemar al lugar en este escrito, pero generalmente cuando contacto a mi destino potencial, les comento sobre nuestra discapacidad, y les sugiero de forma muy didáctica, algún método sencillo para que nos reciban.

Me atrevo a copiar y pegar un fragmento de su correo, en respuesta a nuestra condición de ceguera: “nuestro pequeño paraíso, esta entre la selva y los accesos y caminos son difíciles, creo que tendrían inconveniente para moverse en nuestro desarrollo, ya que tenemos caminos de piedra, y no es un área estable”.

EL fragmento no es para nada grosero, ni discriminatorio, sin embargo nos plantea una serie de dificultades y obstáculos, como cuando mencionan las palabras “difíciles”, “inconvenientes”, o “no es un área estable”. EN su correo no ofrecen ninguna alternativa para los obstáculos que brillantemente nos plantean. De hecho, su correo, el cual tampoco puedo considerar amable, termina justo donde acaba el fragmento que le comparto. NO hubiera estado mal una despedida, o un “quedamos atentos si podemos ayudarlos de alguna forma”, o un “permítanos averiguar alguna forma de recibirlos” o incluso un “nos dará gusto recibirlos si viene usted acompañado de un guía que lo pueda apoyar”.

Cualquier destino turístico u hotel tiene el derecho, si gusta, a no permitirle el acceso a determinados huéspedes. Sin embargo, lo que yo creo es que este tipo de destinos, que se destacan por contar con un servicio mucho más personalizado, y el cual por cierto cobran en dólares, les permitiría solventar la visita de turistas ciegos simplemente ofreciendo que una persona de su staff esté al pendiente de cuando necesitemos desplazarnos, ninguna otra atención especial extra. Creo que las tarifas que cobran son suficientes para que puedan ofrecer esto.

Además, en los tiempos que vivimos, donde la inclusión está de “moda”, creo que su personal debería de estar capacitado para dar una respuesta más cuidadosa y constructiva, y estos destinos deberían de adoptar una política más incluyente, pues creo que sus condiciones de staff y servicio se los permiten, y como les señalé en mi correo de respuesta, hay gente con discapacidad que puede y merece disfrutar de su “pequeño paraíso”.

Obviamente este destino se va a perder de mis dólares traducidos en pesos, y quizá nosotros nos vamos a ahorrar un par de días de un servicio incómodo y de algún disgusto que le quitaría lo paradisiaco a la vacación. La verdad ni me enojé ni me importa visitar este destino, pero sí consideré importante responderles y darles un norte de cómo está la inclusión hoy en día.

Hoy la conclusión es que el paraíso no es ni inaccesible ni excluyente, lo son aquellos que lo regentan.

Pepe Macías

pepe@dialogoenlaoscuridad.com.mx

 

¿El paraíso es incluyente y accesible?